La
alfabetización liberadora, denominada así por Paulo Freire, en donde el
principio básico es que la lectura del mundo precede a la lectura de la
palabra. Esto plantea que el estudiante se reconozca como sujeto de aprendizaje,
capaz y responsable y que durante este proceso desarrolle una visión crítica.
Ya
que Freire no aceptó que la práctica educativa debiera limitarse a la lectura
de la palabra o lectura del texto, sino que debería incluir la lectura del
contexto, la lectura del mundo con una alfabetización crítica.
Es
por eso que en el marco del avance y desarrollo constante de la sociedad, se
exige al individuo que se forme en diversas prácticas sociales para que sepa usar
los recursos culturales que le rodean, además que esto le permita integrarse dentro
de una cultura particular o grupo social.
Esta
exigencia en cuanto a la formación del individuo, debe darse de forma que
desarrolle, competencias y procedimientos,
para el acceso a las tecnologías y a las instituciones sociales donde estos
instrumentos son usados.
Así
es como el estudiante aprenderá a acrecentar su pensamiento crítico y
desarrollar competencias para el análisis y la crítica, mediante el diálogo consciente y razonado.
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